INTRODUCCIÓN

Queremos compartir con vosotros una iniciativa solidaria que nos parece enriquecedora. Por medio de la Fundación Ibher y de la Asociación de Amigos de Rusia pretendemos impulsar el Proyecto Pushkin, cerca de San Petersburgo.

Este proyecto educativo al que hemos llamado Proyecto Pushkin (Tsarskoe Selo en ruso) integrará en una educación conjunta a niños sin familia con un número mayor de niños con familia. Se pretende transmitir a los alumnos una formación humana, cultural y académica fundamentada en la fe cristiana. ¡De momento hemos puesto en marcha una guardería y seguimos trabajando!

jueves, 8 de noviembre de 2012

CAMPO DE TRABAJO EN PUSHKIN. CHICOS PARTE 4


Aquí podéis ver la cuarta y última parte de la serie de relatos escritos por Carlos Embid sobre el campamento de trabajo en el que varios jóvenes han participado en Pushkin. Las experiencias previas podéis encontrarlas pinchando aquí. Parte 1, Parte 2 y Parte 3.

Ayer, día del Señor, tocaba fiesta también en el campo de trabajo. ¡Va a parecer que venimos de vacaciones en lugar que de trabajo!

Por la mañana, tras la misa por la festividad de la virgen del Carmen, hubo imposición y bendición de escapularios. Una colaboradora rusa nos explico cómo ir a Peterhoff, así que nos lanzamos. El viaje largo (dos trayectos en metro y otros dos en bus, de los largos), pero llegamos bien. Por supuesto, había que parar en mc donalds de nuevo (en cuanto llegue a Pamplona, lo primero una ensaladita mixta). Vimos impresionantes mansiones rodeadas de multitud de fuentes más grandes que mi casa...¡Increíble! Muchas fotos, risas, tonterías... Y de vuelta, todo con normalidad, como si fuésemos de aquí.

El transporte urbano funciona de maravilla. Para llegar al mismo sitio puedes utilizar metros, autobuses, furgonetas, tranvías, taxis... Y la frecuencia es asombrosa: cada dos minutos vuelve a pasar el metro por una parada, y cada 3-4 el bus... Lo malo la cartelería, que casi siempre viene en ruso, así que hay que tirar de internet.



Curioso, pero todos los rusos se quedan mirando alucinados a nuestro amigo Álvaro Mbongo, como si no hubiesen visto a un negrito nunca. Un padre e hijo le pidieron hacerse una foto con él, y desde entonces le hemos apodado "tigre", de Tiger Woods.

Reventados, fuimos a cenar un kebap en una hamburguesería cercana al hotel (me reafirmo en que al llegar a pamplona tomare bien de ensaladas...) Y a dormir, ¡que se nos hizo tarde!